Editan un manual para cazar sin perjudicar al oso pardo
La Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo
Rural de Cantabria, la Fundación Biodiversidad, la Federación Cántabra
de Caza y la Fundación Oso Pardo han elaborado el "Manual de caza en
zonas oseras de Cantabria" con recomendaciones para conseguir que la
caza en batida del jabalí no origine molestias a los osos o accidentes
de caza, favoreciendo su conservación.
En una rueda de prensa, la
consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Blanca Martínez, ha
explicado que, dado que el ámbito de aplicación del Plan de Recuperación del Oso Pardo en Cantabria
está incluido dentro de la Reserva Regional de Caza del Saja, existe la
"necesidad de armonizar la caza", especialmente la jabalí, con el
respeto a una especia amenazada como la del oso pardo.
Según ha señalado, a través de esta guía, de la que se han editado 5.000 ejemplares que se repartirán entre los cazadores y que está en formato libro y dvd, pretende que durante el desarrollo de las jornadas de caza no se produzca "molestias innecesarias" a los osos que habitan en esos lugares.
Tras considerar que la edición de la guía resulta "muy adecuada" y "necesaria", ha recordado que la población osera de la Cordillera Cantábrica es "una de las más amenazadas de toda Europa", con una subpoblación oriental que incluye la montaña palentina, la oriental leonesa, terrenos del este de Asturias y los montes cántabros de Campoo de Suso, Polaciones y Liébana, en la que habitan 30 osos, una cifra que, según ha reconocido, es "baja" y permanece "estancada desde hace demasiado tiempo".
Sin embargo, ha señalado que dentro del Programa de Seguimiento de Osas con Cría en Cantabria, se ha detectado dos nuevos grupos familiares, uno en San Glorio y otro en Pesaguero, algo que, según se espera, se pueda certificar en el Censo de Osas con Cría que se realizará el próximo julio.
La consejera ha subrayado la "obligación" que existe de proteger "un bien de incalculable valor", como la biodiversidad, una tarea que -ha dicho- se debe de hacer "en armonia" con actividades "tan relevantes" como la caza.
Actitud comprensiva
Por su parte, el director general de Montes, Javier Manrique, ha señalado que, desde hace varios años, la Administración regional ya viene trabajando por "conciliar" los intereses de los cazadores con los de la conservación del oso pardo a través de diferentes protocolos que se han establecido.
Según ha explicado, estos protocolos fijan que, si hay presencia osera en una zona de cacería los días anteriores, la misma se traslada para otro día con el objetivo de no molestar al oso y evitar accidentes, algo que este año ha habido que hacer ya en nueve ocasiones.
En este sentido, ha subrayado la "buena disposición" y la actitud "comprensiva" de los cazadores cántabros.
Sin conflicto entre caza y oso
En su intervención, el presidente de la Federación de Caza, Ignacio Valle, ha opinado que el manual que se ha editado "plasma" el trabajo de 20 años que se viene realizando en Cantabria en la conservación del oso pardo.
Ha afirmado que, actualmente en Cantabria "no hay ningún conflicto entre caza y oso" y ha subrayado que cuando se detecta la presencia de un oso, son los propios cazadores los que voluntariamente se retiran del lugar.
Además, se ha referido a que, de forma indirecta, los cazadores también contribuyen a la conservación del oso pardo al controlar, a través de la caza, que no la población de jabalí no sea "alta o densas" ya que se trata de una especie que quita los recursos alimenticios al oso.
Los cazadores no son el enemigo
El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, ha subrayado la "buena relación de trabajo" que desde su ONG existe con la Administración regional y con los cazadores.
Ha señalado que en Cantabria buena parte de los cazadores son vecinos de zonas que "cohabitan" con el oso y ha explicado que, desde la Fundación Oso Pardo, hace "muchos años que entendieron" que estos cazadores "no era el enemigo, sino que tenían que ser cómplices" por lo que, desde un principio, "se tendieron lazos" con ellos, algo que -ha dicho- obtuvo una "respuesta extraordinaria".
Además, ha asegurado que en Cantabria existe una "caza sana, no contaminada por la economía" como, según ha opinado, sí ocurre en el centro y en el sur de España.
La guía
El manual editado consta de 16 páginas e incluye aspectos sobre la vida del oso pardo cantábrico; detalles de cuántos hay y dónde viven; indicios para detectar su presencia o recomendaciones para cazar en zonas oseras de Cantabria.
Según ha señalado, a través de esta guía, de la que se han editado 5.000 ejemplares que se repartirán entre los cazadores y que está en formato libro y dvd, pretende que durante el desarrollo de las jornadas de caza no se produzca "molestias innecesarias" a los osos que habitan en esos lugares.
Tras considerar que la edición de la guía resulta "muy adecuada" y "necesaria", ha recordado que la población osera de la Cordillera Cantábrica es "una de las más amenazadas de toda Europa", con una subpoblación oriental que incluye la montaña palentina, la oriental leonesa, terrenos del este de Asturias y los montes cántabros de Campoo de Suso, Polaciones y Liébana, en la que habitan 30 osos, una cifra que, según ha reconocido, es "baja" y permanece "estancada desde hace demasiado tiempo".
Sin embargo, ha señalado que dentro del Programa de Seguimiento de Osas con Cría en Cantabria, se ha detectado dos nuevos grupos familiares, uno en San Glorio y otro en Pesaguero, algo que, según se espera, se pueda certificar en el Censo de Osas con Cría que se realizará el próximo julio.
La consejera ha subrayado la "obligación" que existe de proteger "un bien de incalculable valor", como la biodiversidad, una tarea que -ha dicho- se debe de hacer "en armonia" con actividades "tan relevantes" como la caza.
Actitud comprensiva
Por su parte, el director general de Montes, Javier Manrique, ha señalado que, desde hace varios años, la Administración regional ya viene trabajando por "conciliar" los intereses de los cazadores con los de la conservación del oso pardo a través de diferentes protocolos que se han establecido.
Según ha explicado, estos protocolos fijan que, si hay presencia osera en una zona de cacería los días anteriores, la misma se traslada para otro día con el objetivo de no molestar al oso y evitar accidentes, algo que este año ha habido que hacer ya en nueve ocasiones.
En este sentido, ha subrayado la "buena disposición" y la actitud "comprensiva" de los cazadores cántabros.
Sin conflicto entre caza y oso
En su intervención, el presidente de la Federación de Caza, Ignacio Valle, ha opinado que el manual que se ha editado "plasma" el trabajo de 20 años que se viene realizando en Cantabria en la conservación del oso pardo.
Ha afirmado que, actualmente en Cantabria "no hay ningún conflicto entre caza y oso" y ha subrayado que cuando se detecta la presencia de un oso, son los propios cazadores los que voluntariamente se retiran del lugar.
Además, se ha referido a que, de forma indirecta, los cazadores también contribuyen a la conservación del oso pardo al controlar, a través de la caza, que no la población de jabalí no sea "alta o densas" ya que se trata de una especie que quita los recursos alimenticios al oso.
Los cazadores no son el enemigo
El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, ha subrayado la "buena relación de trabajo" que desde su ONG existe con la Administración regional y con los cazadores.
Ha señalado que en Cantabria buena parte de los cazadores son vecinos de zonas que "cohabitan" con el oso y ha explicado que, desde la Fundación Oso Pardo, hace "muchos años que entendieron" que estos cazadores "no era el enemigo, sino que tenían que ser cómplices" por lo que, desde un principio, "se tendieron lazos" con ellos, algo que -ha dicho- obtuvo una "respuesta extraordinaria".
Además, ha asegurado que en Cantabria existe una "caza sana, no contaminada por la economía" como, según ha opinado, sí ocurre en el centro y en el sur de España.
La guía
El manual editado consta de 16 páginas e incluye aspectos sobre la vida del oso pardo cantábrico; detalles de cuántos hay y dónde viven; indicios para detectar su presencia o recomendaciones para cazar en zonas oseras de Cantabria.
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