Identifican las 100 especies más amenazadas del planeta
El camaleón de Tarzán, el correlimos cuchareta y
el perezoso pigmeo ocupan los primeros puestos de una nueva lista de las
especies más cercanas a la extinción publicada ayer por la Zoological
Society of London (ZSL) y la UICN, Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza.
Por primera vez, más de 8.000 científicos de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN (la CSE de la UICN) se han reunido para identificar 100 de los animales, plantas y hongos
más amenazados del planeta. Sin embargo, los conservacionistas temen
que se deje morir a estas especies puesto que ninguna de ellas ofrece
beneficios evidentes a los seres humanos.
“La comunidad de donantes y el movimiento a favor de la conservación se inclinan cada vez más hacia un enfoque sobre qué puede hacer la naturaleza por nosotros, según el cual las especies y los hábitats silvestres se valoran y se priorizan con arreglo a los servicios que ofrecen a las personas”, afirma el Profesor Jonathan Baillie, Director de Conservación de la ZSL. “Esto ha provocado que sea cada vez más difícil para los conservacionistas proteger las especies más amenazadas del planeta. Debemos adoptar una importante decisión moral y ética: ¿tienen estas especies derecho a sobrevivir o tenemos nosotros derecho a condenarlas a la extinción?”.
El informe titulado Priceless or Worthless? (¿Sin valor o de un valor incalculable?) se ha presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN que se celebra en Corea del Sur hoy. La publicación tiene como objetivo dar un impulso a la conservación de las especies consideradas “sin valor” en el programa que establecen las ONG de todo el mundo.
“Todas las especies enumeradas son únicas e irremplazables. Si desaparecen, no existe cantidad de dinero que las pueda recuperar,”afirma Ellen Butcher, ZSL, coautora del informe. “No obstante, si aplicamos medidas inmediatas podemos ofrecerles la posibilidad de sobrevivir. Pero esto exige a la sociedad su respaldo a la posición moral y ética de que todas las especies tienen un derecho inherente a existir”.
Sus declives han sido principalmente consecuencia de la acción humana, aunque en casi la mayoría de casos los científicos creen que su extinción todavía puede evitarse si los esfuerzos de conservación se concentran específicamente. Las medidas a favor de la conservación han dado buenos resultados con muchas especies como el caballo de Przewalski (Equus ferus) y la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), salvadas de la extinción.
48 países
Las 100 especies, de 48 países diferentes, son las primeras destinadas a desaparecer completamente si no se hace nada para protegerlas. El perezoso pigmeo (Bradypus pygmaeus) es uno de los animales que se enfrentan a un futuro más sombrío. La Isla Escudo, a 17 kilómetros de la costa de Panamá, es el único lugar del mundo donde pueden encontrarse estos pequeños perezosos. Con la mitad del tamaño de sus parientes continentales, y un peso similar al de un bebé recién nacido, los perezosos pigmeo son los perezosos más pequeños y lentos del mundo y están clasificados como En peligro crítico de extinción.
De igual manera, el saola (Pseudoryx nghetinhensis) es uno de los mamíferos más amenazados del sudeste asiático. Conocido como el unicornio asiático debido a su rareza, la población de estos antílopes es posible que alcance actualmente tan solo unas decenas de individuos. En el Reino Unido, una pequeña zona en Gales es el único lugar del mundo donde se puede encontrar el hongo en forma de costra ampollada de los sauces (Cryptomyces maximus). Actualmente, las poblaciones de estos hongos liberadores de esporas están en declive y un único acontecimiento catastrófico podría derivar en su destrucción total.
“Si creemos que estas especies tienen un valor incalculable, es hora de que la comunidad a favor de la conservación, el gobierno y la industria asuman sus responsabilidades y demuestran a las futuras generaciones que valoramos todas las formas de vida”, añade el Profesor Baillie.
Si bien la monetización de la naturaleza sigue siendo una necesidad útil para los conservacionistas, no debe descartarse el valor más general de las especies al borde de la extinción, constata el informe.
“Todas las especies tienen un valor para la naturaleza y, en consecuencia, para los seres humanos”, afirma el Dr. Simon Stuart, Presidente de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de la UICN. “Aunque el valor de algunas especies pueda no parecer obvio a primera vista, de hecho todas las especies contribuyen a su manera al funcionamiento saludable del planeta”.
“La comunidad de donantes y el movimiento a favor de la conservación se inclinan cada vez más hacia un enfoque sobre qué puede hacer la naturaleza por nosotros, según el cual las especies y los hábitats silvestres se valoran y se priorizan con arreglo a los servicios que ofrecen a las personas”, afirma el Profesor Jonathan Baillie, Director de Conservación de la ZSL. “Esto ha provocado que sea cada vez más difícil para los conservacionistas proteger las especies más amenazadas del planeta. Debemos adoptar una importante decisión moral y ética: ¿tienen estas especies derecho a sobrevivir o tenemos nosotros derecho a condenarlas a la extinción?”.
El informe titulado Priceless or Worthless? (¿Sin valor o de un valor incalculable?) se ha presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN que se celebra en Corea del Sur hoy. La publicación tiene como objetivo dar un impulso a la conservación de las especies consideradas “sin valor” en el programa que establecen las ONG de todo el mundo.
“Todas las especies enumeradas son únicas e irremplazables. Si desaparecen, no existe cantidad de dinero que las pueda recuperar,”afirma Ellen Butcher, ZSL, coautora del informe. “No obstante, si aplicamos medidas inmediatas podemos ofrecerles la posibilidad de sobrevivir. Pero esto exige a la sociedad su respaldo a la posición moral y ética de que todas las especies tienen un derecho inherente a existir”.
Sus declives han sido principalmente consecuencia de la acción humana, aunque en casi la mayoría de casos los científicos creen que su extinción todavía puede evitarse si los esfuerzos de conservación se concentran específicamente. Las medidas a favor de la conservación han dado buenos resultados con muchas especies como el caballo de Przewalski (Equus ferus) y la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), salvadas de la extinción.
48 países
Las 100 especies, de 48 países diferentes, son las primeras destinadas a desaparecer completamente si no se hace nada para protegerlas. El perezoso pigmeo (Bradypus pygmaeus) es uno de los animales que se enfrentan a un futuro más sombrío. La Isla Escudo, a 17 kilómetros de la costa de Panamá, es el único lugar del mundo donde pueden encontrarse estos pequeños perezosos. Con la mitad del tamaño de sus parientes continentales, y un peso similar al de un bebé recién nacido, los perezosos pigmeo son los perezosos más pequeños y lentos del mundo y están clasificados como En peligro crítico de extinción.
De igual manera, el saola (Pseudoryx nghetinhensis) es uno de los mamíferos más amenazados del sudeste asiático. Conocido como el unicornio asiático debido a su rareza, la población de estos antílopes es posible que alcance actualmente tan solo unas decenas de individuos. En el Reino Unido, una pequeña zona en Gales es el único lugar del mundo donde se puede encontrar el hongo en forma de costra ampollada de los sauces (Cryptomyces maximus). Actualmente, las poblaciones de estos hongos liberadores de esporas están en declive y un único acontecimiento catastrófico podría derivar en su destrucción total.
“Si creemos que estas especies tienen un valor incalculable, es hora de que la comunidad a favor de la conservación, el gobierno y la industria asuman sus responsabilidades y demuestran a las futuras generaciones que valoramos todas las formas de vida”, añade el Profesor Baillie.
Si bien la monetización de la naturaleza sigue siendo una necesidad útil para los conservacionistas, no debe descartarse el valor más general de las especies al borde de la extinción, constata el informe.
“Todas las especies tienen un valor para la naturaleza y, en consecuencia, para los seres humanos”, afirma el Dr. Simon Stuart, Presidente de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de la UICN. “Aunque el valor de algunas especies pueda no parecer obvio a primera vista, de hecho todas las especies contribuyen a su manera al funcionamiento saludable del planeta”.
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