Se rechaza el veto parcial al Código Forestal de Brasil por ser insuficiente para proteger la Amazonía
La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ni ha aprobado ni ha vetado
completamente hoy la versión del Código Forestal aprobado por el
Congreso de Diputados. A pesar de la masiva movilización social nacional
e internacional a favor de un veto total, la presidenta ha optado por
rechazar 12 de los 84 artículos de le ley. Las revisiones y análisis de
los elementos de una pieza legislativa tan complicada hará que el Código
Forestal sea muy difícil de aplicar.
La decisión de la presidenta llega justo unas semanas antes de que se celebre en Brasil la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20. Las acciones de hoy enturbian los compromisos de protección ambiental de Brasil.
Jim Leape, Director General de WWF Internacional, declaró: “Durante la última década, Brasil ha estado en el camino del progreso económico y ambiental. La declaración de hoy de la Presidenta Rousseff crea un futuro incierto para los bosques de Brasil, considerando que el Congreso puede todavía reducir aún más la protección de los bosques”.
La legislación revisada ha sido respaldada por los poderosos intereses del sector agropecuario, pero ha sido condenada por la sociedad brasileña y por las organizaciones sociales y ambientales de todo el mundo. La desafortunada decisión de la presidenta pondrá en duda su credibilidad cuando hable de desarrollo sostenible ante los jefes de estado en la importante cita de Río del próximo mes.
La decisión de la presidenta llega justo unas semanas antes de que se celebre en Brasil la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20. Las acciones de hoy enturbian los compromisos de protección ambiental de Brasil.
Jim Leape, Director General de WWF Internacional, declaró: “Durante la última década, Brasil ha estado en el camino del progreso económico y ambiental. La declaración de hoy de la Presidenta Rousseff crea un futuro incierto para los bosques de Brasil, considerando que el Congreso puede todavía reducir aún más la protección de los bosques”.
La legislación revisada ha sido respaldada por los poderosos intereses del sector agropecuario, pero ha sido condenada por la sociedad brasileña y por las organizaciones sociales y ambientales de todo el mundo. La desafortunada decisión de la presidenta pondrá en duda su credibilidad cuando hable de desarrollo sostenible ante los jefes de estado en la importante cita de Río del próximo mes.
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